Siempre me dijeron que mi obsesión con las tijeras no me llevaría a ningún lugar.
Que mi amor por la sangre y las tripas era rara.
Bueno, ahora soy una excelente cirujana gracias a que no tengo miedo de las tripas y la sangre. Utilizo tijeras quirúrgicas. En algunos años voy a tener premios por ser la mejor cirujana.